Recibí un mensaje por WhatsApp en el que decía Marcelo Mendoza se jubila después de 46 años de trabajo. A pesar de conocer esta realidad mi pecho pareció contraerse, se anudó mi garganta y mi visión se nubló. Increíble pensar en poder separar a Marcelo de El Diario El Litoral, su Hogar, porque su casa solo era para comer y dormir, y veces ni tan solo para eso. Si al Tío lo podías ver en el Diario por la mañana, por la tarde o por la noche. Para Vos querido Hermano era Natural realizabas lo que amabas hacer, «seguir al Básquetbol» y «engancharte» con cualquier actividad de cualquier sección del diario y si en eso estaba darle una mano a un compañero siempre listo como Scout. Tal vez este mal, la Pandemia que nos cruzó transversalmente «ayudó» a la separación casi imposible, Marcelo lejos de El Litoral. Por circunstancias de la vida y por este confinamiento que tenemos los mayores de 60, te vi intentando, primero con gran esfuerzo y luego poco a poco hacerte la idea de soltar el Diario e intentar otro modo de vida, ese que parecía que no estaba a tu medida. Ahora es tiempo de gozar del descanso ganado, con honestidad, con sacrificio, trabajando, como así lo enseñó con el ejemplo Mami. Hoy donde esté, Felíz, Orgullosa de Vos, tarea cumplida Hermano Querido.
Abrazo Fuerte con esas palmadas que parecen de otra época.