Compañero de trabajo, de miles de anécdotas y cientos de cafés compartidos, de una risa contagiosa e inigualable, de un profesionalismo intachable; ese es Marcelo Mendoza, mi amigo y como un padre que me regaló la profesión.
La redacción va a extrañar tanto tu presencia como dar el ejemplo por lo que uno hace, con días extremos de frío o de calor, siempre ahi, enseñando que las mejores coberturas se hacían desde una cancha.