Como si los culpables de la actual crisis que vive el país fuéramos los trabajadores y trabajadoras en su conjunto, el presidente Javier Milei pretende a través de un «decretazo» ilegal e inconstitucional hacer caer todo el peso del ajuste sobre la clase trabajadora y además, con especial ensañamiento, cercenar derechos que costaron años de luchas obreras.
En su pretensión hegemónica, el presidente intenta arrogarse poderes legislativos que la Constitución Nacional reserva al Congreso Nacional, aniquilando de esta forma el Estado de Derecho, en un gravísimo ataque a la democracia en el país. Con el agravante que lo hace para intentar una serie de modificaciones que van todas en contra de nuestros derechos laborales y que nos afectan en forma directa, entre ellos:
- Se intenta destruir los derechos establecidos en nuestros convenios colectivos que están por encima del piso que establece la Ley de Contrato de Trabajo. Esto pone en riesgo, entre otros, la jornada de seis horas, los días de vacaciones, la indemnización especial por despido arbitrario.
- Se limita el derecho de huelga en radio y televisión.
- Se intenta facilitar y naturalizar el trabajo precarizado, terminando con las multas por incumplimientos a las leyes laborales.
- Se busca debilitar la organización colectiva para poner trabas a la capacidad de reclamar de los trabajadores.
- Se pretende limitar el derecho a llevar a cabo asambleas en los lugares de trabajo para que no podamos ejercer nuestros legítimos derechos.
- Se busca avanzar en una política de privatización de los medios públicos, lo que traerá despidos y pérdida de diversidad informativa. En nuestro caso, esto implica poner en riesgo la continuidad de las fuentes de trabajo en Radio Nacional Santa Fe.
Por todo esto, es urgente que el movimiento obrero, en conjunto con las organizaciones democráticas del país, dé una respuesta acorde con la violencia de este ataque antidemocrático que lesiona gravemente al conjunto de los argentinos y nuestro sistema democrático.