¡Tío querido! Gracias antes que nada. Fuiste una de las primeras personas que me brindó su confianza y, fundamentalmente, la buena onda, cuando arranqué en Cable y Diario, allá por el año 2000.
Tuve la suerte de compartir, por aquel entonces, muchos momentos y anécdotas como esos almuerzos extendidos en El Cabildo junto a Charly y Peluca (entre otros).
El tiempo nos volvió a juntar en tu segunda casa (¿o primera?) que es El Litoral, y pude otra vez estar cerca de una gran persona como vos.
¡Felicitaciones por la jubilación, a disfrutarla!